“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




martes, 19 de abril de 2011

Una cruda metáfora sobre el desencanto de la burguesía


CRÍTICA TEATRO
Javier Daulte dirige un sólido seleccionado de actores en la versión argentina de “Un dios salvaje”, de la actriz, novelista y dramaturga francesa Yasmina Reza, que pasó el fin de semana por el Fundación Astengo


UN DIOS SALVAJE

Autora: Yasmina Reza
Versión argentina: Federico González del Pino, Fernando Masllorens
Actúan: Gabriel Goity, Fernán Mirás, María Onetto, Florencia Peña Sala: Auditorio Fundación Astengo

Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del lunes 18 de abril de 2011)
Un libro con obras del artista plástico Francis Bacon (de algún modo el padre del expresionismo figurativo) que alguien toma de forma azarosa de una repisa (al menos eso parece a primera vista), es quizás un presagio silencioso de la “deformidad” en la que se va a transformar aquello que aparece conformado, impoluto, blanquísimo, estable, definido.
Se trata de un living moderno pero acogedor, en el que por algo más de una hora, cuatro personajes (dos matrimonios) desnudarán lo que en algún pasaje uno de ellos definirá como “la lógica de las emociones”.
La reconocida actriz, novelista y dramaturga francesa Yasmina Reza (por lejos una de las más talentosas de la escena contemporánea) pinta en Un dios salvaje, que bajo la dirección de Javier Daulte pasó viernes y sábado por el Auditorio Fundación Astengo, la degradación y la disconformidad como dos de los signos más fuertes de la génesis de la violencia.
Se trata de una pequeña pero efectiva metáfora desde la que se abren un sinfín de análisis posibles en el marco de un texto plagado de guiños al espectador, ferozmente crítico de las arbitrariedades e incongruencias del mundo contemporáneo, algo que desde su estreno europeo ha vuelto a la obra de carácter universal.
Fernando y Bruno, dos chicos de once años, se pelean en la calle. Como consecuencia de la disputa, que en principio parece no ser más que una gresca común, Fernando le rompe la cara a Bruno con un palo y le arranca dos dientes. Los padres del “victimario” acuden a la casa de los padres de la “víctima” para tratar de arreglar las cosas, pero eso no va a pasar.
Una vez allí, los diálogos dejarán entrever la potencialidad de la pluma de la autora de, entre otras, Art, El hombre inesperado y Tres versiones de la vida: el living dejará de ser lo que es para pasar a ser un campo de batalla en el que estas parejas que hablan de “ignorarse con respeto”, sacarán a relucir frustraciones, dolores y hastíos, todo dentro del clima de lo que la misma Reza llama “una tragedia divertida”, aunque aquí lo trágico vire, sin retorno, hacia la comedia más negra.
El supuesto “poder pacificador” de la cultura al que refiere la indulgente (y contenida) Verónica (María Onetto), quien se dedica a escribir, sólo servirá para abrir una puerta que debió quedar cerrada. Alan (Fernán Mirás), abogado y marido de Annie (Florencia Peña), terminará irritando a Verónica y a su marido Miguel (Puma Goity), un simple vendedor de repuestos, al punto que el clima “chejoviano” del comienzo en el que parece no pasar nada, mutará en la misma “crueldad y esplendor” con los que Verónica define a la obra de Bacon.
Así, “moderados en la superficie”, los cuatro sacarán a relucir sus verdaderas personalidades, y entonces, la paradoja de la génesis de la violencia de los niños en cuestión, será un hecho revelado pero anecdótico.
En el medio, las variables de la modernidad, con adicciones varias (al alcohol, al celular, entre otras), pondrán en jaque temas como el machismo y la misoginia, la falsa moral (hablarán de la “dimensión moral del mundo”), el fracaso del matrimonio como institución, las falsas creencias y hasta de la pobreza en África (aunque a la distancia).
Javier Daulte, quien lejos de traicionar su origen en el teatro independiente ha sabido en los últimos años demostrar su enorme capacidad para dirigir actores consagrados del mismo modo que interpretar las verdaderas problemáticas de los textos con los que se involucra (otra prueba es la estupenda versión de Baraka, de María Goos), consigue pasajes de gran fluidez en el devenir de una catarata de palabras que adquieren real sentido gracias a la dinámica que consigue el notable cuarteto de actores.
En ese marco, hasta lo más doloroso que se diga, dispara la risa desaforada en la platea, quizás (es casi inevitable) porque muchos encuentren en las situaciones presentadas un espejo en el cual verse reflejado, y por lo mismo, para muchos (como para los personajes que desarman su compostura hasta la degradación) resulte por lo menos incómodo y hasta quizás doloroso lo que acontece en escena.
Más allá de lo parejo del elenco, el gran hallazgo de esta versión de Un dios salvaje es el extraordinario trabajo de Florencia Peña, quien logra distanciarse de los estereotipos que transitó con sus personajes televisivos para dotar a Annie de matices que la acercan al grotesco: la labilidad emocional del personaje, sus risas y llantos compulsivos, pero sobre todo su corrimiento de cierta pátina frívola con la que se presenta para transformarse en otra cosa, ponen a la actriz en un lugar muy interesante dentro del panorama teatral argentino.
De todos modos, el gran protagonista de la pieza es el radiante texto de Yasmina Reza, el más revelador, enigmático, provocador e inteligente de los conocidos en la Argentina hasta la fecha. La francesa se vale de una narrativa clara y al mismo tiempo profunda, que no se detiene ante los límites de lo que a primera vista podría considerarse como “políticamente incorrecto”, para dar rienda suelta a su más afilada ironía, esa que pone de manifiesto cada vez que piensa cómo el mundo contemporáneo ha traicionado los principios fundamentales del verdadero sentido de la vida.

1 comentario:

  1. FELICITACIONES , POR TODO SU EXPO TEATRO , UNA MARAVILA , A TODO COLOR ,!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!LA VIDA ES ASI , ES UNA HISTORIA DE TEATRO , CADA DIA , REPRESENTAMOS , NUESTRAS VIDAS DIARIAS !!!!!!!!!!!!!!!UN CAPITULO DIFERENTES ,!!!!!!!!DIA A DIA , MIS SALUDOS , Y MUCHOS TRIUNFOS

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