“Para nosotros, los del teatro, es importante regresar a Shakespeare por un momento. Después, volver a hacer nuestras propias cosas dándonos cuenta de que nada de lo que podamos hacer podrá llegar a ser tan bueno. Este sentido de la perspectiva no es desalentador, es una inspiración”.



Peter Brook




miércoles, 20 de julio de 2011

En la ciudad de los aplausos


BALANCE. Finalizó el domingo pasado, luego de seis días, la VII edición del Festival de Teatro de Rafaela. Más de 12 mil espectadores en 50 funciones, con la presentación de 26 espectáculos de gran calidad y de diferentes puntos del país, posicionan al encuentro entre lo más destacado de la escena nacional



Por Miguel Passarini (Publicado en El Ciudadano & la gente, en su edición en papel del martes 19 de julio de 2011)
Lejos de cualquier especulación, y con la clara decisión de hacer gestión desde la puesta a punto y proyección de bienes culturales de calidad, la ciudad de Rafaela, desde su gestión municipal, volvió a sorprender con la capacidad con la que llevó adelante la VII edición del Festival de Teatro (FTR2011), con la que alcanza un profesionalismo que coloca a este evento anual en primer plano frente a otros que se gestionan tanto desde el ámbito de lo público como desde lo privado.
De este modo, de martes a domingo, con la presentación de 26 espectáculos aunque con más de 50 funciones, sumando propuestas de sala, calle y la experiencia individual Los Filántropos-Audiotour Ficcional, más de 12 mil personas disfrutaron de la presente edición del FTR2011, con una programación que ofreció funciones pagas (todas a 15 pesos) y gratuitas, de espectáculos caracterizados, más allá de su poética específica, por una notable calidad merced al gran trabajo que desde la dirección artística lleva adelante Marcelo Allasino.
El FTR2011 cerró el domingo tras la presentación en el imponente cine-teatro Belgrano de ¡Dolly Guzmán no está loca!, último espectáculo de la actriz porteña Mónica Cabrera, quien con el paso de los años se ha convertido en “número fijo”, por el fuerte vínculo que logró entablar con el público local y, sobre todo, por su incuestionable talento.
De una programación cuidada y diversa, en el marco de una edición donde se sumó una jornada, completando seis días, y se agregó una primera subsede en Sunchales, se destacaron trabajos como La familia argentina, texto de Alberto Ure estrenado en 2010 en Rosario por Rody Bertol, que llegó a Rafaela en versión porteña, bajo la dirección de Cristina Banegas. La obra, que desarma los conflictos de una familia que se construye a partir de los despojos de otra, pone en valor la actuación a partir de las estupendas performances de los rosarinos Claudia Cantero y Luis Machín, a quienes se suma la actriz porteña Carla Crespo.
Siguiendo del lado de la actuación, dos propuestas pusieron en valor el ejercicio de pisar con certeza un escenario: por un lado, la rosarina Baby Jane confirmó el buen momento que atraviesa Hijos de Roche, que comanda Romina Mazzadi Arro, con los enormes desempeños de Paula García Jurado y Elisabet Cunsolo. Se trata de una obra teatral actualmente en cartel en Rosario, basada en el film ¿Qué pasó con Baby Jane? (1962), de Robert Aldrich, que apuesta a registros complejos y, tal como pasó en Rafaela, al aprovechamiento del espacio, dado que la puesta fue concebida en un ámbito articulado que fusiona diferentes ambientes de una casa.
Por otro lado, la actriz porteña Karina K, de vasta trayectoria en el musical, deslumbró junto al actor, bailarín y pianista Pablo Rotemberg en Souvenir, donde se carga al hombro fragmentos de la singular vida de Florence Foster Jenkins. Se trata de una versión de la magnífica pieza de Stephen Temperley, en la que la actriz, de conocido talento para el canto, tiene que representar a
una cantante definitivamente desafinada y de oído casi nulo, pero de una infrecuente personalidad que la hizo famosa y hasta la llevó a cantar en el Carnegie Hall de Nueva York. Karina K demuestra junto a Rotemberg porqué no hay límites entre teatro comercial y no comercial, sino que el límite lo aporta la presencia o ausencia de talento. Momentos de gran ternura con otros de humor, posicionan a Souvenir entre los espectáculos más recomendables de la cartelera porteña.
Con Manipulaciones II: Tu cuna fue un conventillo, el director porteño Diego Starosta, siempre dispuesto a la experimentación al frente de su compañía Muererío Teatro, armó una versión del clásico sainete de Alberto Vacareza en la que los actores son “manipulados” unos con otros, abrevando a singulares formas del movimiento, en lo que se revela como una nueva manera de construir ficción y donde, una vez más, el registro de actuación es el gran protagonista.
Con Proyecto vestuarios el director y dramaturgo porteño Javier Daulte construye un entramado de situaciones que giran en torno a la intimidad de dos grupos: uno de hombres y otro de mujeres, donde, cada uno a su tiempo, dado que se trata de dos espectáculos que integran un díptico, muestra acciones y reacciones referidas a las performances de sendos grupos argentinos de un deporte amateur que se presentan en una final en Hungría. La sexualidad, el racismo, la homofobia y lo atroz de lo íntimo que se vuelve público, son caminos por los que discurren ambas propuestas que, lejos de cualquier eufemismo, desnudan (literal y metafóricamente) la intimidad de un mundo poco revisado por la escena.
Del mismo lado del riesgo, aunque partiendo de una poética del cuerpo en otro sentido, el bailarín y coreógrafo porteño Pablo Rotemberg también sorprendió a los rafaelinos y se llevó, con La idea fija, uno de los mayores aplausos de todo el festival.
Rotemberg pone aquí a funcionar la máquina del sexo: utiliza los cuerpos de sus bailarines-performers como disparadores para narrar situaciones o formas de vincular un cuerpo con el otro a partir de la sexualidad, en el contexto de un espectáculo en el que movimiento, en su gran mayoría, reproduce escenas sexuales que adquieren el carácter de coreografía, y donde los desplazamientos de los cinco extraordinarios intérpretes transitan un sinnúmero de posibilidades
vinculadas al campo de lo sexual.
También se destacaron dentro de la sólida programación las propuestas Rosa brillando, de Juan Parodi, sobre textos de la poeta uruguaya Marosa di Giorgio, con la extraordinaria presencia de la actriz Vanesa Maja, quien sale más que airosa en su delicada visión del universo de la autora, del mismo modo que Llanto de perro, de Andrés Binetti, a cargo de un grupo mendocino dirigido
por Juan Comotti.
Por el lado de Rosario, también se presentaron, además de la referida Baby Jane, dos espectáculos de la Compañía de Objetos El Pingüinazo, que integran Silvia Lenardón y Guillermo Martínez; Colón agarra viaje a toda costa, de Adela Basch, por The Jumping Frijoles, y Arlequín, servidor de dos patrones, una versión de calle del clásico de Carlo Goldoni, montada sobre un carro móvil por la Compañía Tablas Rodantes.
En el marco de un evento que, como cada año, incluyó un cronograma de actividades especiales, todas de carácter gratuito, donde se ofrecieron charlas, presentaciones de libros, muestras, encuentros con los creadores, seminarios dictados por algunos de los artistas participantes y jornadas de devoluciones a cargo de periodistas de distintos puntos del país, quizás sea la experiencia sensorial Los Filántropos - Audiotour Ficcional, uno de los puntos más atractivos de
todo el encuentro, a tal punto que seguirá su recorrido por fuera del FTR2011 dado que el municipio no sólo lo produjo sino que también adquirió el formato. Se trata de un proyecto de los artistas Christina Ruf (Alemania) y Ariel Dávila (Córdoba), quienes llevan adelante el grupo de trabajo y experimentación BiNeural-MonoKultur, y que apela a lo intimo e individual para conjugar con mucha inteligencia elementos propios de una revisión e investigación histórica, con otros devenidos del cine de suspenso y espionaje, mediante la utilización de un audio guía que, de modo individual, lleva a cada participante a recorrer rincones de la ciudad desconocidos u olvidados. Con la ciudad como escenario y muñido de un reproductor MP3, el invitado sale a recorrer calles, plazas, veredas y edificios públicos con la conciencia de que en algún momento, de dejarse llevar por la convención, se transformará en el sujeto protagonista de la historia.
El desembarco BiNeural-MonoKultur en Rafaela es, también, la confirmación de un gran interés del municipio por poner en valor su historia y su cultura, un hecho que va en paralelo con la marcada identidad que el encuentro teatral adquirió desde su aparición en 2005 y que ha llevado, con estoicismo, hasta la fecha, en el contexto de una comunidad que quiere ser la gran protagonista de una ciudad donde se multiplican, año tras año, los aplausos.

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